Naturaleza

¿Qué es la biodiversidad autóctona?

En un análisis de la fauna de nuestro planeta, hay que diferenciar a los animales autóctonos de los que llegan de otros lugares. ¿Qué es la biodiversidad autóctona? Te lo contamos.

Biodiversidad autóctona
Fauna y la biodiversidad

Por biodiversidad autóctona se conoce a todas las especies de la flora y fauna que pertenecen a un ecosistema determinado. Es un término que en ocasiones se presta a confusión, porque no responde al de las fronteras geográficas de orden político impuestos por la humanidad. También porque muchos de los grupos de animales o plantas pueden estar presentes en varias regiones y ser consideradas nativas en todas ellas.

Una de las condiciones que deben cumplir los elementos que conforman esta lista es que en su desarrollo dentro de sus zonas ‘originarias’, no hubo participación humana de ninguna forma. Es decir, su presencia es absolutamente natural.

Conceptos relacionados

Otro error común es que se le considera similar a especies endémicas. Si bien hay semejanzas entre ambos conceptos, no pueden considerarse como sinónimos. La confusión comienza porque en biología, “endémico” significa “nativo”.

Las especies endémicas proceden de una biota única y específica que solo está presente en un lugar. Mientras que las autóctonas pueden desarrollarse en varios puntos geográficos, incluso separados por miles de kilómetros y hasta por mares, y ser nativas de todos estos. En resumen: una flor, un árbol o un animal pueden ser propios de una región, mas no endémicos de esta.

Es importante tener en cuenta que algunas especies, tanto de la flora como de la fauna, se desplazan a lo largo de diversos ecosistemas de manera natural. Bien sea trasladados por ‘terceros’, o porque se movilizaron por sus propios medios en busca de alimentos o de mejores condiciones.Mariposa y biodiversidad

Especies exóticas: lo contrario a biodiversidad autóctona

Las especies exóticas son todas aquellas que fueron introducidas en determinados ecosistemas de manera artificial. O lo que es lo mismo: gracias a la acción deliberada o accidental de los seres humanos. Casi la totalidad de los animales o plantas presentes dentro de esta categoría, han ocasionado desequilibrios dentro de los ecosistemas en donde terminaron instalándose. Algunos de ellos bastante severos y hasta irreversibles.

Relación simbiótica

Esta es una condición sine qua non de toda especie nativa. No solo tiene que ser propia de un ecosistema, sino que debe mantener una relación estrecha y de perfecto equilibrio con el resto de los integrantes con los que convive en su hábitat.

Precisamente por esta razón es que las especies invasoras no se les considera dentro de la biodiversidad autóctona. Más allá de ser ‘extranjeras’ y de haber ingresado a determinados territorios por canales no naturales, nunca se integran a la simbiosis de estos espacios. Su presencia afecta negativamente la vida de otros y al no contar con métodos de control (un depredador o un animal que los utilice como alimento), su reproducción se sale de control.

La naturaleza requiere de un equilibrio muy frágil y delicado. Lamentablemente el homo sapiens, como animal superior, no termina de entender que sus mayores intervenciones casi siempre son para mal.

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